El desembalse del pantano de Riaño inunda las riberas del Esla
Mermó la lluvia; desapareció en las últimas 24 horas; y al amainar el temporal, cedieron los ríos, embravecidos desde el jueves por las precipitaciones torrenciales que pusieron los cauces fluviales fuera de órbita.
Se cuenta el Esla como excepción, agitado por la suelta de agua del embalse de Riaño, que ayer tarde se mantenía por encima de los cien metros cúbicos por segundo (llegó a alcanzar el sábado los 107 metros cúbicos por segundo, una cantidad equivalente a las sumas de entradas a los aforos del embalse). No extraña entonces que aún sin lluvia, las riberas del Esla se muestren anegadas; es la estampa que ofrecía ayer tarde Gradefes, o vega abajo, en diferentes puntos de cultivos y choperas próximas a las raseras de Palanquinos; el Esla se ha subido también a las áreas recreativas de Valencia de Don Juan, en las que hace mar . Las incidencias en los cauces fluviales desparramados del Esla son las más notorias de las que registraron ayer en la provincia leonesa, en tanto regresan las lluvias prevista para mañana, con previsiones de aguaceros fuertes que volverán a agitar las riadas y avenidas. Esas y las del Cea, que acometió la zona norte de Sahagún antes de lamer las viviendas de Valderas. El Esla anegó el Complejo de la Isla. Y en otras localidades como Villafer también iba desbordado. Algo similar ocurría con el Cea en Valderas, donde el viejo puente sobre la carretera a Valencia apenas daba abasto para dejar pasar todo el volumen de agua. Alguno de sus ojos estaban totalmente cegados. El acceso a zona de recreo El Molino estuvo cortado todo el fin de semana. A última hora de la tarde se mantenía en más de 500 metros cúbicos el aforo del Esla a su paso por Benamariel. Lo peor está por llegar.
Fuente: diariodeleon.es , María Carnero, J. M Campos, A, Medina y L. Urdiales.
Fotografía: Armando